sobre las dunas y los tamarindos,
se embriagan las sombras
con el sabor del mar,
el sol baila entre las olas
para morir incinerado
a los pies de la montaña.
Y te pienso sutil
como un sueño,
te siento sobre mi piel
amalgamado en tenues caricias,
se arremolinan las imágenes
en las pupilas extasiadas,
la música del silencio
usurpa mis oídos,
suenan arpegios
tejiendo y destejiendo
sustanciales notas
con el ritmo del olvido.
Susurran las estrellas
el poema de los enamorados
sentencia la luna
a los pensamientos insólitos,
se desnuda la playa
junto a los cuerpos entrelazados,
sopla la brisa humedecida
por los ardientes besos,
tintinean como caireles
las ramas de los pinos
en un murmullo permanente,
hay un pentagrama imaginario
conteniendo los sones
de la canción de los recuerdos.
Se despierta la noche
con un coro de grillos,
detrás de los árboles
se esconden tus ojos
con una mirada perenne
colmada de anhelos.
Ya no son necesarios
los antiguos sueños,
hay un amor apasionado
germinando en mi corazón.
